Lima.- SU PRESENCIA en los medios se multiplicó con la celebración allí del torneo de canotaje, y volverá a ser importante cuando acoja el de remo, todo en el contexto de unos Juegos Panamericanos convertidos en fiesta para Perú.
Su nombre es Albufera de Medio Mundo y visitarla permite avalar una de las muchas descripciones que promocionan sus encantos: «hermosa laguna separada por apenas 250 metros del mar, surgida como consecuencia de las filtraciones provocadas por la irrigación de plantaciones cercanas».
Se ubica en el poblado de Medio Mundo, distrito de Vegueta, provincia de Huaura, y conocerla demanda “devorar” casi 180 kilómetros desde Lima, pero una vez allí el viajero sucumbe ante una magia que le hace ideal para el esparcimiento, aunque por estos días las temperaturas pueden descender hasta los 13 grados Celsius.
Quienes la escogen como destino turístico ponderan sus condiciones para paseos en bote, el baño, que también les lleva al mar, y las bondades que le hicieron acreedora de la condición de Área de Conservación Regional.
No por gusto integra el denominado Corredor Biológico del Pacífico, de importancia vital para la conservación de aves residentes o migratorias que encuentran allí un área ideal de anidamiento, refugio y descanso.
Ambientalmente destaca como fuente de producción de oxígeno y deviene la mejor de las “aulas” para educar en torno al cuidado de la naturaleza, y en el ámbito científico tributa una fuente incesante de investigaciones.
Los expertos la califican como un ecosistema frágil y rico en variedad, y los habitantes de la zona encuentran una fuente de materia prima para la elaboración de artesanías en totora y junco, pilares para el sostenimiento de familias dedicadas por decenios a su comercialización.
Aunque el entorno se muestra agreste, marcado por extensiones de arena que proyectan una especie de desierto interminable, la laguna impacta por sus casi siete kilómetros de largo y se erige en contraste positivo en su condición de hogar para más de 55 especies de aves.
Quienes conocen la zona hablan del guanay, el pato cuchara, la garza azul, el cóndor andino, pelícanos, el gallinazo de cabeza negra o la gaviota peruana y otros exponentes de una fauna inscrita como “tarjeta de presentación”.
Pasear en bote acerca a los detalles de la albufera, sus islas y la vegetación donde reinan las aves, aunque la dinámica de la justa continental solo permite una visualización general, porque el interés está centrado en lo que sucede en la pista concebida sobre sus aguas.
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