Huacho, Perú.- AUNQUE los deseos de más le impidieron celebrar la plata a la altura de su significado, el canoísta cubano Fernando Dayán Jorge se inscribió hoy entre los poseedores de dos premios en los XVIII Juegos Panamericanos.
Par de días después de reinar junto a Serguey Torres en la modalidad biplaza (C-2) a 1000 metros, el muchacho volvió a desafiar el frío y la rivalidad imperantes en esta localidad y secundó en la individual (C-1) al brasileño subtitular olímpico Isaquias Queiroz.
Empeñado en hacer realidad el compromiso contraído con su delegación, el antillano se enroló en una disputa que alcanzó rango de “endemoniada” en los primeros 500 metros, estrechamente liderados (1:49.093 por 1:49.144 minutos) por el multicampeón mundial.
«Puedo asegurar que di lo mejor de mí. Sabía que sería una final muy dura, por la calidad de Queiroz, e hice el mayor esfuerzo para lograr lo que todos esperábamos, pero esta vez no pudo ser», dijo claramente contrariado tras la definición que le dejó segundo con 3:48.574, por 3:47.631 del ganador.
«Pudiera sentirme orgulloso, pero no me quedo conforme, aunque fue una regata a muerte, porque ambos sabemos lo que damos y conocíamos que quien mejor lo hiciera iba a entrar primero», puntualizó, para luego sentenciar que mira hacia los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
«Agradezco a todos los que contribuyeron a la preparación y a los que están al tanto de mis resultados», aseveró en medio del cansancio provocado por el sostenido esfuerzo, mientras era abrazado por sus entrenadores y compañeros de equipo.
«Solo puedo decir que no faltaron la dedicación y la voluntad de vencer, y espero que así se reconozca en Cuba», y se despidió con saludos especiales para su Cienfuegos natal.
El podio se completó con el canadiense Drew Hodges, quien accedió al bronce con 3:58.454 minutos que dicen a las claras sobre su nulo protagonismo en una disputa escrita con máxima competitividad en lo mejor de la cita organizada en la laguna Albufera de Medio Mundo.
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