Camagüey.- UN JOVEN avileño de 38 años de edad será el único árbitro cubano presente en las lides de lucha de los XVIII Juegos Panamericanos de Lima, previstos del 26 de julio al 11 de agosto venideros.

Hablamos de Yunior Sosa Naranjo, quien fue gladiador y transitó desde la Eide provincial hasta la Espa Nacional. Su carrera deportiva acabó al llegar a 12mo. Grado, momento a partir del cual se concentró en los estudios.

Obtuvo la Licenciatura en Cultura Física y Deportes en el año 2008, y casi al mismo tiempo comenzó una vida como árbitro que desde hace algún tiempo rinde sus frutos.

El diálogo de JIT con Sosa ocurrió muy cerca de los tapices que acogieron las lides nacionales de lucha en este 2019, en el Palacio de los Deportes Rafael Fortún de esta ciudad.

Mientras respondía nuestras preguntas, su hija Adismary Sosa se alzaba con la medalla de plata en los 55 kg, pero aquellas escenas parecían indiferentes a un hombre que conoce bien los rigores de un verdadero juez. 

¿Qué significa esta nominación para Lima 2019?

Una gran sorpresa, aunque ya tengo las experiencias de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014 y Barranquilla 2018, y de otras lides internacionales en Estados Unidos, Canadá, Francia y nuestra área.

Estoy un poco sorprendido porque la designación no salió de Cuba, sino del Departamento de Arbitraje de la Unión Mundial de Luchas. Creo que ha sido fruto de mi trabajo en varios torneos internacionales.

Resulta obvio pensar que encontrarás un alto nivel de lucha en ese evento. ¿Cómo lo ves?

Siempre trabajo sobre la base de la calidad, trato de ser exacto en las decisiones, pues la competencia será exigente. La asistencia de las mejores figuras del continente demanda de los jueces un gran desempeño.

¿Qué es lo más difícil sobre el colchón?

Valorar bien las acciones técnicas en fracciones de segundos. Solo los años de trabajo, la experiencia, te da esa capacidad de acertar.

¿En la mesa las cosas son más fáciles?

Lo más importante ahí es tener claro el reglamento, sobre todo si eres el presidente. Se dan situaciones que si no estás claro puedes equivocar el fallo o la penalidad.

¿Qué es lo peor que puede sucederle a un árbitro de lucha?

No he tenido situaciones desagradables, pero lo peor es hacer un combate pésimo y levantar la mano del atleta que no lo merece.

Vayamos al principio… ¿Cómo empezó esta historia del arbitraje?

Fui atleta de lucha, llegué hasta la Espa Nacional luego de transitar desde la Eide provincial. Al concluir el 12mo. Grado pasé a la universidad y me gradué en 2008 de Licenciado en Cultura Física y Deportes.

Durante 11 años me desempeñé como entrenador de base, antes de pasar a dirigir la Academia Provincial de Lucha de Ciego de Ávila. En ese período promoví varios atletas que hoy son importantes para la provincia y el país.

En el año 2005, gracias a Enrique Oliva Téllez, uno de los árbitros más experimentados de Cuba, asistí en esa condición a una competencia. Ahí se me metió el “bichito” y comencé en este mundo.

Según los especialistas lo he venido haciendo bien, sobre todo en la apreciación de Manuel Rodríguez, árbitro internacional que me ha ayudado a avanzar en todos los sentidos.

En el 2010 me convocaron a la evaluación para árbitro internacional de tercera categoría y aprobé. Fue en la Esfaar Cerro Pelado, no lo olvido.

Mejorar esa categoría significa un reto entonces…

Claro que sí. En dependencia de mis resultados en los Juegos Panamericanos de Lima pueden subirme a segunda o primera, nadie sabe, depende de cómo me valoren.

La Unión Mundial de Luchas califica con gran exigencia a sus jueces. Un error puede costar la rebaja o pérdida de la categoría…

Lo fundamental es concentrarse en la labor y no sentir presión. Tratar de hacerlo bien en cada combate, sin pensar en la posibilidad del error porque puede afectarte.

A mí me ayuda mucho que en la provincia pito todos los eventos, de todas las categorías, así que los pleitos de alto nivel me resultan más cómodos.

¿Cómo valoras la calidad de la lucha cubana en estos momentos?

Muy alta, de ahí que los entrenadores principales, hombres muy preparados, insistan siempre en la importancia de un buen arbitraje.

En la actualidad, el entrenamiento depende bastante del accionar del árbitro, y también las competencias. Si los atletas y entrenadores dominan el reglamento pueden aplicar mejor las variantes tácticas.

Una de las críticas principales realizadas a este deporte tiene que ver con la incidencia de los árbitros en los desenlaces de los combates. ¿Las reglas actuales controlan ese fenómeno?

El nivel del arbitraje en América, por ejemplo, ha subido muchísimo. El énfasis se coloca en que los atletas decidan cada enfrentamiento, sin obviar las infracciones que merecen la penalidad del juez. Pero el éxito de nuestro trabajo depende de que los gladiadores definan cada pelea.

¿Cuáles son las infracciones más usuales?

La inactividad, de la cual surge el reto de apreciar correctamente qué atleta está en esa actitud, cuál está haciendo una lucha negativa. Eso golpea siempre, aunque tratemos de ser exactos.

No te gusta seguramente que lancen el “testigo” al colchón…

A ningún arbitro le gusta eso, pero lo importante es ganar el reto cuando los integrantes de la mesa van al video y confirman que actuaste correctamente.

¿Qué crees de la lucha cubana en Lima 2019?

Viene un buen resultado, los muchachos se han preparado bien. Han tenido varios eventos de calidad y pueden cumplir.