La Habana.- JUAN Moreno Hernández es, sin dudas, uno de los grandes de la fotografía deportiva cubana.

A los 71 años de edad se mueve con envidiable vitalidad y va dejando su legado a los bisoños desde su eterno periódico Juventud Rebelde, su único trabajo después de la Revista Verde Olivo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Este artemiseño ha sido fiel a la Revolución, como principio compartido con sus coterráneos asaltantes al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953.

¿Cómo fueron los inicios?

Yo le debo ser fotógrafo al Comandante Juan Vitalio (Vilo) Acuña. Él era el jefe de la unidad 1700, donde entré por un pedido que hizo el General de Ejército Raúl Castro Ruz.

Vilo le preguntó a cada uno de los reclutas qué querían ser y yo le dije que fotógrafo. Ahí comenzó a hacerse realidad mi sueño. Provenía de trabajar como cuadro de la Unión de Jóvenes Comunistas de Artemisa.

Pasé un curso de corresponsales de guerra en el año 1965 y después de graduarme en 1966 me ubicaron en Verde Olivo, donde trabajé hasta 1968. Allí había un todos estrellas en que sobresalían Sergio Canales, Perfecto Romero, Jesús González, Jorge Luis González, Juan Ruiz Aguilera…

¿Qué significa Juventud Rebelde en su vida?

Llegué a JR cuando lo dirigía Ángel Guerra. Comencé a prueba durante seis meses y salí bien en el examen que impone la profesión. Entonces pasaba horas encerrado en el cuarto oscuro para preparar la química con las que revelar las películas e imprimir las fotos. No era como hoy. Había que dominar otras técnicas.

La fotografía digital llegó en 1997, o sea que estuve entre químicos y papeles fotográficos casi 30 años. Hoy todo es más fácil, aunque los horarios de cierre siguen siendo estresantes. Por cierto JR fue pionero en la fotografía digital. Tuve gran apoyo de Luis Mariano Batista, Manuel Torreiro, Lázaro Guzmán, Maqueira y otros…

Soy el más veterano del periódico, fundado el 21 de octubre de 1965, y al que llegué en 1968. Llevo 25 años como jefe de fotografía.

Juventud Rebelde es mi vida.

¿Y el deporte?

A la fotografía deportiva entré por Eddy Martin, quien me pidió que me incorporara junto a Francisco Fernández, Panchito. Luego Eddy se fue a la televisión y vino Elio Menéndez. Le debo mucho, como a otros. Lo habían nombrado jefe de la Redacción Deportiva del diario.

Atendí mi primer campeonato mundial con la esgrima. Fue en 1969. Y con la Serie Nacional de los 10 millones comencé a “tirar” la pelota. Después hice las Selectivas, los Topes de Cuba y Estados Unidos tanto aquí como afuera.

Hice béisbol con Elio, Rolando Crespo, Iván López, quien tenía una sección llamada Pez Rubia; Jorge Alfonso y otros… Tuve el honor del dar cobertura al mejor Mundial de Boxeo que se conozca, el de 1974, celebrado en la Ciudad Deportiva. Vinieron grandes estrellas. Pero he incursionado en casi todas las disciplinas.

En 1975 viví mi primer evento internacional fuera de Cuba. Fue un CCCAN celebrado en México, donde me quedé para hacer los Juegos Panamericanos. Excepto los de Winnipeg 1999 he cubierto todos los panamericanos. También he asistido a varios Juegos Centroamericanos y del Caribe y a los Olímpicos de 2000 en Sídney y a los de Río de Janeiro 2016.

En esos eventos tuve roce con muchos directivos deportivos, como Manuel González Guerra y José Ramón Fernández. Este último fue muy cariñoso conmigo. Me estimaba mucho. Vio en mí el ímpetu de un periodista.

Si tuviera que elegir tendría como primer deporte al béisbol, seguido del boxeo, el baloncesto y el voleibol. Esos tienen mucha acción.

¿Legado a los jóvenes?

Que amen la profesión que han escogido, la que les gusta. Que persigan sueños, no premios. Que nunca traicionen esa profesión. Olvídense de la envidia y el egoísmo.

La constancia y la calidad en el trabajo les darán el reconocimiento social y el respeto de la familia, de los compañeros de trabajo y amigos. Que trabajen bien, mejor cada día. Si hoy te sale, mañana tiene que ser mucho mejor.

Nunca he hecho algo para ganar nada. Jamás he participado en concursos y ni siquiera he hecho exposiciones. Todo lo he publicado en Juventud Rebelde. 

La Réplica del Machete Mambí del Generalísimo Máximo Gómez que me entregaron en el 2013 es algo muy grande para mí. Cuando me vi en primera fila junto a personalidades como Omara Portuondo y Abel Prieto, entre otros, me preguntaba… ¿Por qué me lo han entregado a mí?

Todavía me lo pregunto, pues considero que hay trabajadores que han hecho mucho, pero mucho más que yo.

Militante del Partido…

Fui delegado al congreso del PCC celebrado en Santiago de Cuba, pero he estado como fotógrafo en todos los congresos, excepto el primero en 1965.

También he sido por años secretario del Comité del Partido en Juventud Rebelde. A eso me ha ayudado mucho lo que aprendí como político dentro de las FAR.

Me ha servido también lo que aprendí en Angola, como combatiente internacionalista, y lo que da la vida diaria, tan cambiante.

La Revolución…

Soy hijo de un trabajador azucarero y de una madre muy humilde. Éramos siete hermanos. Sin la Revolución no hubiera sido fotógrafo que es mi sueño cumplido. No hubiera tenido la posibilidad de estudiar. Tengo compañeros con tres títulos universitarios.

Tengo otros sueños cumplidos con dos hijas y tres nietas que son igualmente mis amores, junto a mi esposa.

El Premio Nacional de Periodismo Deportivo a la Obra de la Vida…

Esto es una felicidad para cualquiera. Lo da el Inder de conjunto con la Unión de Periodistas de Cuba. No lo esperaba. Ni siquiera lo soñé, porque hay tantos en el sector nuestro que tienen méritos, condiciones.

Pepe Alejandro fue el primero en felicitarme. Eso fue el 14 de marzo. Yo no le entendía y le felicité también, pero él me dijo que era doble, pues había ganado el Premio Nacional de Periodismo Deportivo a la Obra de la vida.

Pensé que era broma de él, pero me lo confirmó, pues lo leyó en JIT, que fue el primero en dar la noticia.

Me siento orgulloso. Voy por las calles y me preguntan… ¿Usted es Moreno? Y me felicitan.

Aprovecho para darles las gracias a los amigos que tengo en Facebook que me han felicitado, incluso personas que no conozco.

Ganar el premio junto a destacados periodistas como Iván López, con quien trabajé largo tiempo, y Francisco «Pancho» Soriano, gran persona a quien conozco por el béisbol, hacen que la dicha sea mayor.

A los tres nos une el béisbol y la Revolución. Por eso siento orgullo de ser fotógrafo deportivo cubano.