EL TALENTO deportivo se configura a partir de la combinación armónica de las diferentes aptitudes, capacidades y cualidades, lo que se da en ciertas personas bajo condiciones favorecedoras y sobre la base de actitudes que conllevan a rendimientos sobresalientes, por encima de la media normal,en deportes específicos.
En un análisis del modelo de Vernn (1961) sobre la estructura de las habilidades humanas se aprecia que el talento no es algo privativo de la actividad física deportiva, sino que, como define Rice (1970), existen diferentes categorías de talento.
García Manso (1996), refiriéndose a Rice, describió seis categorías de talento: académico, creativo, sicosocial, artes de representación, kinestésico y perceptivo-motor. Al respecto planteó que las dos últimas son las que aparecen representadas en los sujetos destacados en las modalidades del deporte.
A partir de las diferentes combinaciones entre esas habilidades pueden surgir talentos en disímiles áreas. Veamos ejemplos: Galileo Galilei (Astronomía), Albert Einstein (Física), Pablo Picasso (Artes plásticas) y Wolfang Amadeus Mozart (Música). Estas eminencias se catalogan como superdotados o genios, suscitándose la duda sobre cuál es la diferencia entre esos conceptos o términos.
Como genio se considera a las personas con una capacidad mental extraordinaria para crear o inventar cosas nuevas y admirables. Se reconoce en ellos su vocación de servicio a la sociedad.
Un superdotado es aquel con cualidades que exceden lo normal. Se usa especialmente refieriéndose a las condiciones intelectuales. Es más intrapersonal.
El talento está más asociado a la aptitud, o sea, a la capacidad para el desempeño o ejercicio de una ocupación.
Otra cuestión importante está referida a los tipos de talento que pueden manifestarse en el ámbito deportivo, atendiendo al nivel de especificidad.
Desde esta perspectiva, el talento puede expresarse de una forma general o puntual para las actividades de orientación deportiva, detección del talento y selección para una disciplina concreta.
Según Erwin Hahn (1988) se pueden diferenciar tres tipos de talentos dentro del deporte…
Primero, el motor general, que supone una gran capacidad de aprendizaje que conduce a un dominio motor más fácil, seguro y rápido, y a un mayor repertorio aplicable de modo más diferenciado.
Luego está el talento deportivo, con una disposición por encima del promedio para someterse a un programa de entrenamiento para conseguir éxitos.
Finalmente está el talento específico para un deporte, que implica requisitos físicos y síquicos para poder alcanzar rendimientos extraordinarios en una disciplina específica.
Autores como Gabler y Rouff (1979), Zatsiorski (1989), Blázquez (1995) y Leger (1997) nos acercan a a la comprensión de que cada modalidad deportiva posee perfiles de exigencia diferentes y demanda de sus practicantes las condiciones requeridas.
En el ajedrez, por ejemplo, son necesarias capacidades y habilidades más intelectuales que físico-motrices. Sin embargo, en modalidades como los 110 metros con vallas, el salto de altura o de longitud, que aparentemente poseen las mismas bases fisiológicas en las capacidades determinantes del éxito, son diferentes las acciones motrices que permiten sobrepasar la varilla a 2,45 metros o estirarse hasta los 17 metros.
Así ocurre sucesivamente en las distintas disciplinas, en las que para llegar a la cima se requieren aptitudes puntuales.
*Tomado del libro El talento deportivo: selección e iniciación al alto rendimiento. Editorial Deportes
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