AL BUSCAR el significado de talento en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española se encuentra la siguiente acotación: «conjunto de dones naturales o sobrenaturales con que Dios enriquece a los hombres. Dotes intelectuales, como ingenio, capacidad, prudencia, que resplandecen en una persona».

Esta resulta una definición muy genérica, en la que se evidencia el enfoque determinista y fatalista con que ha sido concebida, adjundicándole al poder divino y a la naturaleza la capacidad de la persona para sobresalir o destacar en un área determinada de la actividad humana, obviándose la influencia de los factores ambientales y sociales.

En otros planteamientos se destacan aspectos diferentes, como el expuesto por Gabler y Rouff, quienes aseguran que en un determinado estadio evolutivo el talento se caracteriza por determinadas condiciones y presupuestos físicos y síquicos, los que con mucha probabilidad lo conducen a alcanzar prestaciones de alto nivel en el deporte.

Desde las ciencias sicológicas, Petrosvki sostiene que el talento es la combinación de capacidades que dan al hombre la posibilidad de cumplir exitosamente cualquier actividad laboral compleja. Constituye solo la posibilidad de adquirir una alta calificación y éxito significativo en la creación.

Dorsch, por otra parte, concibe al talento como «un don innato o disposición natural situada por encima del nivel medio del hombre normal en un determinado ámbito».

Con una mirada desde la pedagogía, Labarrere considera que «el talento no está determinado por una sola capacidad, sino por la combinación de las mismas, lo que permite desarrollar la actividad compleja de manera independiente y creadora. Constituye el nivel superior de desarrollo de las capacidades».

Al valorar las definiciones anteriores podemos distinguir como rasgo común la referencia a la combinación de diferentes capacidades, así como al desarrollo de las mismas a un nivel superior. Resulta evidente que el talento no se define por una sola capacidad, ni porque cumpla una determinada condición, sino por la interrelación y complementación de estas, algo que no es característico en todas las personas. Por tal razón tienden a sobresalir por encima de la media en ciertas actividades.

Los planteamientos de Petrosvki, Dorsch y Labarrere son globales y no contextualizan el talento dentro del ámbito deportivo como tal, ya que sus experiencias científicas se han desarrollado desde otras áreas del conocimiento.

Sin embargo, el alemán Erwin Hahn considera que «el talento es una actitud acentuada en una dirección, superando la media normal (…) Se entiende la disposición por encima de lo normal de poder y querer realizar unos rendimientos elevados en el campo del deporte».

Debe resaltarse que no es solo poseer (poder) los atributos y condiciones necesarias, sino además el interés y la predisposición a someterse a un programa de entrenamiento (querer) para potenciar esas predeterminantes que aún no están del todo desarrolladas.

Por su parte, Zatsiorski coincide con que «el talento deportivo se caracteriza por determinada combinación de las capacidades motoras y sicológicas, así como por las aptitudes anatomofisiológicas que crean la posibilidad potencial para el logro de altos resultados en un deporte concreto».

El español Domingo Blázquez es más específico al asegurar que talento es aquella «persona que por su capacidad de asimilación y rendimiento destaca en una especialidad deportiva determinada. Depende de la capacidad individual, de las motivaciones del sujeto y del medio social, expresión de interacción de estas condiciones. El talento tiene que ser no solo descubierto, sino también estimulado y formado.

Lo propio se lee en Leger: «El talento se puede definir como una aptitud o habilidad natural o adquirida para una determinada actividad o un deporte en particular». 

*Tomado del libro El talento deportivo: selección e iniciación al alto rendimiento. Editorial Deportes.