La Habana.- EL 2019 pretende ser otro buen año para el tiro deportivo cubano. Dejado atrás un período de éxitos competitivos, pese a las dificultades con balas y armas, reina el entusiasmo en la selección nacional, al apreciar la paulatina reanimación del polígono Enrique Borbonet, ubicado al suroeste capitalino.

En medio de un ambicioso plan del Inder por convertirlo en una instalación de vanguardia, dotado incluso de los novedosos blancos electrónicos, al cerrar diciembre ya brillaba un alojamiento con 23 habitaciones en total, seis de ellas dedicadas a los principales atletas del ciclo olímpico.

El campo de tiro, inaugurado en 1977 para las Espartaquiadas de los Ejércitos Amigos, pasó al organismo deportivo poco después y exhibió sus mejores galas en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1982 y en los Panamericanos de 1991, tanto sus canchas de fuego como las facilidades socio-administrativas.

El “hotelito” ha sido la primera parte del proyecto, en fase de amueblamiento el día de la visita de JIT. Las futuras acciones se acometerán en la medida que sean discutidas y aprobadas, anunciaron las autoridades.

La directora del centro, Sonia Bravo, explicó que el alojamiento se encuentra en fase de terminación, a falta de la instalación de los equipos de aire acondicionado y los calentadores solares de agua, amén de detalles como televisores y otras facilidades para el descanso.

«Ya se ejecutó la cisterna de agua aledaña, con capacidad para cubrir todas las necesidades del recinto, y se pretende iniciar en la parte delantera un parque que beneficiará la estancia de nuestros atletas», indicó Bravo sobre las pretensiones de llevar esa zona a un nivel superior.

Aunque esa área de recreación y esparcimiento, un muro perimetral para evitar el acceso de las personas, y la conexión con la instalación socio-administrativa principal del Campo están en el proyecto, para dar total valor de uso al hotel urge revitalizar la cocina-comedor y el resto de las áreas dedicadas al manejo de los alimentos.

«Esa debe ser otra acción inminente, de acuerdo con lo que se decida, porque sin una adecuada y placentera nutrición no se pueden instalar aquí los deportistas», declaró la directora que asumió el cargo en el primer semestre del 2018.

La remodelación de otras áreas para el trabajo y la vida de atletas y trabajadores deben recibir acciones este año, para dar paso luego a la reconstrucción de las canchas de fuego de 10, 25 y 50 metros, y la dedicada al skeet, está última la más afectada por los desechos y el humo proveniente del basurero cercano, y por el vandalismo de quienes allí acceden.

El paso final será el establecimiento en esos campos de los sistemas de última generación para las competiciones, que han evolucionado hasta costosas soluciones electrónicas y digitales, pero que forman parte de la voluntad del Inder por recuperar todas sus instalaciones insignias.

El sueño de que vuelvan a competir allí atletas de otras partes del mundo, de tener un campo moderno, de alejar el humo y los escombros, está más cerca de hacerse realidad.