Ciego de Ávila.- LOS TIGRES avileños, con el derecho Dachel Duquesne en rol protagónico, superó hoy 4x3 a Las Tunas y escapó de la barrida en el play off de la 58 Serie Nacional de Béisbol.

Los avileños salieron a la grama del estadio José Ramón Cepero con la obligación de ganar. Las tres derrotas en los partidos previos de la subserie los pusieron entre la espada y la pared, al borde del abismo.

Todo debía salirle perfecto a los felinos. La conjunción de bateo, defensa y sobre todo pitcheo tenía que funcionar a la perfección para detener a la brutal maquinaria ofensiva de los Leñadores tuneros, por mucho la mejor y más estable durante toda la temporada.

Pero el castillo de naipes avileño comenzó a tambalearse desde el mismo comienzo. Visibles divergencias entre Duquesne y su receptor Alfredo Fadraga le dieron libertades a los tuneros, quienes aprovecharon la situación para tomar el mando del partido con una carrera en el principio del segundo inning, impulsada por Yasiel Santoya.

El mundo se les venía abajo a los dueños de casa. Sin embargo, en la parte baja del tercer episodio, la artillería de los Tigres carburó y fabricó un rally de tres carreras, para darle vuelta al marcador.

Orlando Lavandera, con rodado por primera base, y Raúl González y Yordanis Samón, con sencillos al jardín central, fueron los encargados de remolcar las anotaciones y poner a ganar a Ciego en partido que comenzó en la noche del martes y acabó en la madrugada del miércoles.

A partir de ahí, Duquesne tejió una actuación impresionante y sometió a los Leñadores con pitcheos enigmáticos, al punto de recetarle 10 ponches y no admitir más carreras hasta el octavo inning, cuando debió abandonar el montículo por la regla de los 120 lanzamientos (máximo que puede tirar un pitcher en Cuba por cada actuación).

En el sexto, los avileños marcaron otra carrera y pusieron 4-1 el pizarrón, justo como llegó el juego al noveno inning.

El encargado de sacar los últimos tres out del juego era el derecho Yander Guevara; empero, Las Tunas armó una rebelión e hizo tambalear el resultado de manera dramática.

Los Leñadores llenaron las bases con un out tras ligar sencillos de Yasiel Santoya, Leonis Figueredo y Yunieski Larduet (en toque de bola).

Entonces correspondió el turno a Jorge Johnson, quien bateó un rodado fuerte por el campo corto, bueno para doble play. Sin embargo, el camarero avileño Raúl González pivoteó mal y su tiro a primera base fue errático, provocando que entraran dos carreras y dejando al bateador -y a Las Tunas- con vida.
Acto seguido, con la pizarra 4-3, Danel Castro disparó línea potente de hit al central y provocó la explosión de Guevara. Quedaron hombres en primera y tercera bases, y Yosvani Alarcón, el mejor bateador del equipo, en turno.

Roger Machado, el mentor avileño, trajo al lanzallamas Raidel Martínez para sofocar la rebelión y el derecho de 22 años, a base de rectas por encima de noventa millas, logró ponchar a Alarcón para sellar la victoria y acreditarse el rescate.

Por cierto, para Alarcón ese representó su cuarto ponche en la velada, una noche para el olvido.

Duquesne y su fantástica joya de pitcheo pudieron ir a los libros estadísticos en forma de triunfo, mientras el zurdo Leandro Martínez, un digno rival, cargó con el revés.

Esta fue apenas la cuarta victoria de Ciego de Ávila sobre Las Tunas en los 16 partidos disputados entre ambos elencos en la presente campaña beisbolera.

Luego de este resultado, los Tigres pusieron 1-3 el match semifinal, pero todavía están contra la pared. Los tuneros solo tienen que ganar un partido de los tres restantes para incluirse por segundo año consecutivo en la gran final.

Recordemos que los Leñadores llegaron al match por la corona en la temporada anterior, pero cayeron en siete partidos contra Granma.

Para el quinto partido, previsto para hoy en el mismo escenario, se espera un duelo entre el derecho Lázaro Blanco por los dueños de casa y el zurdo Yoanni Yera por los tuneros.

Las Tunas jamás alzó el trofeo de campeón nacional, mientras Ciego de Ávila celebró el título en 2012, 2015 y 2016, siempre bajo la dirección de Machado.