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JUEVES 18
ABRIL, 2024
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La Habana
Año 66 de la Revolución
Sergio Arturo Pérez Echavarría
Un judoca de vuelta a sus orígenes

Se deslumbró con este deporte desde que lo vio por primera vez. La decisión de practicarlo le obsesionó hasta convertirse en uno de nuestros más brillantes exponentes.


Por: Roberto Méndez
(robemen@inder.cu)
jueves, 30 de diciembre de 2021

Trayectoria...

Campeón en los Juegos Paralímpicos de Sídney 2000 en la división de 60 kg del judo. Cinco medallas de oro en campeonatos mundiales de 11 en total. Titular en juegos parapanamericanos y mundiales de IBSA.

En la actualidad...

Entrenador en el combinado deportivo Mario Maceo Quesada de Palma Soriano.


AUNQUE varios escenarios le resultaron difíciles, este judoca cubano figura como el segundo con más medallas en campeonatos mundiales para personas con discapacidad. Además ganó dos coronas paralímpicas, una de las cuales no pudo exhibir.

Sergio Arturo Pérez Echavarría (Palma Soriano, 26 de diciembre de 1967) se deslumbró con este deporte desde que lo vio por primera vez. La decisión de practicarlo le obsesionó hasta convertirse en uno de nuestros más brillantes exponentes.

Fue el primer medallista dorado paralímpico en Sídney 2000, en una época en que mostró gran eficiencia en los combates. Luego del despojo por “doping” en la edición de Atenas 2004, sus resultados se mantuvieron hasta mermar por lesiones y otras discutibles decisiones arbitrales.

Ahora ha vuelto al lugar donde comenzó a practicar, pero como profesor, una tarea para la que se preparó mientras militaba en los equipos nacionales.

No fue un atleta mediático en sus años de esplendor, pero sí un gran defensor de su deporte allí donde se presentó. JIT lo contactó a distancia, hace poco, en su Palma Soriano natal…

¿Judoca en tierra de luchadores y peloteros?

Comencé en lucha cuando estaba en cuarto grado, en el seminternado Humberto Pantoja. No me gustó y quise pasar al judo, pero un entrenador dijo que estaba muy flaco y bajito para ese deporte. Lloré mucho esa noche.

En sexto grado me acerqué al judo porque mi vecino Roberto me dijo que había un profesor bien chévere en el área especial del Combinado Deportivo Mario Maceo Quesada. Cuando pude hablar con él me dijo que debía ponerme a la par de los demás que llevaban dos meses de preparación.

Por la noche, en mi casa, practiqué todo los que había visto. Al día siguiente el profesor Guillermo Lafita me preguntó dónde había practicado y le respondí que solo una noche. Ahí comenzó mi carrera…

¿Cómo se acercó al alto rendimiento?

En el curso 1981-1982 entré a la Eide Capitán Orestes Acosta, en la catedra dirigida por el profesor Alexis Lago Fondín. Cuatro más tarde, por mis resultados en escolares y juveniles, pasé a la Espa Nacional con los entrenadores Juan Mesa, Rafael Lahera y el primer campeón olímpico cubano en este deporte, Héctor Rodríguez. En 1987, al ganar plata en el campeonato nacional de primera categoría, en la división de 60 kg, fui llamado al equipo nacional.

¿A qué se debió su paso al deporte para personas con discapacidad?

Se me agudizaron los problemas de visión y debí regresar a Palma Soriano para dedicarme a dar clases. Me había graduado en 1987 en la escuela de profesores de educación física (Epef).

En 1996, con motivo de los Juegos Paralímpicos de Atlanta, se convocó al judo y el profesor Humberto Cordié, mi tutor en la carrera, vino a proponerme hacer las pruebas visuales en el Centro de Retinosis Pigmentaria.

Dije que no al principio, pero mi esposa me aconsejó hacerlo y me ratificaron los serios problemas de visión y que clasificaba para unirme al deporte para discapacitados.

¿Sensación en el certamen mundial de España 1998?

Cuando nos entrenamos el primer día algunos se rieron de nosotros por los kimonos de tela simple que llevábamos, de la marca Batos. Yo tenía una talla cuatro que apenas pasaba por debajo de la rodilla. Luego nos compraron de buena calidad y ya entonces parecíamos verdaderos judocas.

Ese día, al salir del entrenamiento, una persona de rasgos asiáticos que hablaba algo de español me dijo que mi judo se parecía al practicado en ese continente y que iba a ser el campeón. La volví a ver como árbitro en la final contra el japonés Hirose Makoto. ¡Y no se equivocó!

La experiencia de Sídney 2000…

Maravillosa por lo que significa una cita paralímpica y por mi primer oro a ese nivel. Me había lesionado durante una sesión de barras en el gimnasio. Me caí y me lastimé el hombro derecho. Por poco no puedo asistir.

Me sorprendió que no llevaran al japonés. Todos los combates los gané en menos de minuto y medio, incluso la final contra el ruso Veniamin Mitchourine. Llegar a una competencia paralímpica es la mayor impresión para un deportista.

Atenas 2004 dejó un gran dolor…

Allí se me cayó el mundo. Salí a discutir el oro contra Makoto en el combate que más me duró desde 1998, pues le marqué ippon a seis segundos de concluir los cinco minutos.

Antes del combate le dije al profesor Senén Ramos que tenía el cuerpo cortado, y al culminar le pedí agua porque tenía “fuego por dentro”. En la prueba antidoping estuve horas sin poder orinar. Luego me dijeron que había dado positivo por prednisolona, una sustancia que nunca tomé.

Por lo que hemos averiguado, al parecer me dieron algo en una botella de agua. Resulta curioso que los organizadores no me llevaran a la conferencia de prensa, solo directo al laboratorio.

¿Repercusiones?

El presidente de la federación, Hugo Carmona, expresó en el juicio, ­todavía tengo la carta,­ que en el único atleta en que confiaba totalmente era en mí. Explicó que desde 1998 tenía 37 combates ganados y uno perdido, y que por lo tanto no necesitaba nada extra para imponerme. Según él, yo constituía un ejemplo.

De todas formas, me aplicaron el artículo que sostiene que cada atleta es responsable por lo que consume.

La despedida en los Parapanamericanos de Lima 2019…

Después de los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008, a los que llegué muy lesionado, los resultados no fueron iguales. Los torneos se espaciaron, no clasifiqué a Londres 2012 ni Río de Janeiro 2016.

En Lima 2019 ocurrió un desenlace inesperado, pues en el segundo combate hice una técnica de estrangulación al contrario venezolano y se desmayó. No obstante, le dieron wazari faltando 20 segundos para el final. En la reclamación no apareció el video del combate. No pude ganar medallas.

El retiro no llegó del modo esperado…

Al regreso de Lima 2019 me operaron de una hernia y regresé a Palma Soriano. No llevaba seis meses de operado cuando recibí la carta con la baja del equipo nacional. Los profesores Julio Alderete y Senén Ramos no sabían de esa decisión. Creo que mi trayectoria merecía otro tratamiento.

De vuelta entonces a los orígenes…

Soy profesor del combinado deportivo en que surgí como atleta. Trabajo con muchachos de 11-12 años, la categoría autorizada para los municipios. Es muy bueno retribuir lo que me enseñaron y brindarles a otros las mismas oportunidades que tuve.

La familia en toda esta carrera…

Fundamental para cada logro. Mi esposa Fe Espinosa ha sido mamá y papá de los dos muchachos. Sergio es ingeniero informático y tiene 33 años. Arturo es médico y tiene 25.

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