Por Rosa María Panadero Vega
LYUDIS Massó Beliser es una de las hijas ilustres de la más oriental de las provincias cubanas.
Aunque sus inicios fueron en el deporte convencional, el destino quiso que su leyenda como atleta se esculpiera en las competiciones para discapacitados.
Especialista en el lanzamiento del disco, jabalina y bala, doble campeona olímpica y mundial, además de plusmarquista del orbe, la excepcional y siempre sencilla guantanamera aceptó sin reparos el diálogo con JIT.
¿Tu infancia?
Nací el 22 de agosto de 1970 en la ciudad de Guantánamo, en el seno de una familia humilde, y realicé mis primeros estudios en el seminternado Conrado Benítez, y ya desde entonces tenía inquietudes deportivas.
¿Cuándo te iniciaste?
Cursando la primaria unos entrenadores estaban haciendo captaciones y comencé en el voleibol, pero luego, por embullo de mi hermano, que practicaba atletismo, me decanté por ese deporte. A los 12 años pasé al área especial que radicaba en el Instituto Preuniversitario Rubén Batista Rubio, teniendo como entrenador a Eduardo Douglas Brook, quien promovió al equipo nacional de atletismo a grandes figuras como Yumileydis Cumbá, Ovidio Trimiño y Norvis Valiente, y a quien debo muchísimo en mi vida como atleta.
¿La EIDE guantanamera y el equipo juvenil?
En el año 1985 ingreso en la EIDE Rafael Freyre, y por mis resultados fui seleccionada para los Juegos Juveniles de la Amistad, obteniendo el cuarto lugar. Cuando paso a la categoría juvenil me decido por los lanzamientos y empiezo a tener mis primeros resultados importantes, llego al equipo juvenil y vengo para Santiago de Cuba, sede de la base nacional.
¿El año 1988 marcó un giro considerable?
Efectivamente, pues comienzo a presentar problemas visuales y decaen mis resultados competitivos. Aunque comencé en el deporte convencional, desde pequeña tengo padecimientos visuales, pues soy miope y glaucómata. El problema es que llegó un momento en que no pude asimilar más la carga de entrenamiento, de acuerdo con la necesidad de la competencia, y entonces hubo un estancamiento.
¿Cómo te vinculas a Omar Turro?
En esa misma época conocí al campeón paralímpico, quien hace más de 20 años es mi compañero en la vida. Es él quien me convence y me ayuda a realizar los trámites para ingresar en la Asociación Nacional de Ciegos y Débiles Visuales (ANCI). Luego comienzo a representarla y sorpresivamente, hasta para mí, obtengo buenos resultados.
¿Cómo recuerdas esas primeras competencias nacionales?
En 1989, ya en la ANCI, voy a mis primeros Juegos Nacionales en Granma, y compito en disco, jabalina y bala. A partir de entonces fui campeona cubana en nueve ocasiones, con los récords en jabalina, disco y bala, además de que curiosamente mis marcas nacionales son superiores a las internacionales.
¿El debut con el equipo Cuba?
Fue en el evento continental de Argentina, en el año 1995. Allí obtuve tres medallas de oro en las modalidades de lanzamiento.
¿Atlanta y Sydney?
Grandes competencias que recuerdo con mucho orgullo. Mis primeros Juegos Paralímpicos fueron en Atlanta 1996, y allí gané medalla de oro en disco, plata en jabalina y perdí el bronce en la impulsión de la bala frente a la atleta canadiense Ljiljana Ljubisic. Antes de llegar a Sydney pude participar en los primeros Parapanamericanos efectuados en México, en 1999, donde gané disco, bala y jabalina, y ese mismo año asistí al mundial de España, y desde entonces a causa de una molestia no competí más en jabalina, por lo que pude vencer en disco, con récord mundial incluido, además de la medalla de plata en bala.
En Sydney solo me presenté en el lanzamiento del disco, y pude coronarme nuevamente. En este sentido, debo agregar que soy recordista mundial y paralímpica en el disco con una marca de 45,72 metros, que aún está vigente, y como por mis problemas visuales competía en las categorías B-2 y B-3, tengo el récord en ambas.
¿Atenas 2004?
Desde el 2002 me estaba preparando para ese evento, e incluso en el mundial de Lille, Francia, vuelvo a obtener oro en el lanzamiento del disco. Atenas 2004 fue el evento al que llegué con mejor marca, y quería implantar récord para la historia porque en el disco estaba lanzando sobre los 50 metros. Pero las cosas se fueron complicando, me fui con carencia de calzado porque la marca Adidas no respondió a tiempo a las medidas que necesitaba, y aunque disponíamos del dinero para comprarlo, tenía que estar acorde con el vestuario de ese año y al final se encontró el día antes de competir y me sentí incómoda. Cometí falta en los tres lanzamientos clasificatorios y me fui de competencia. Creo que otro elemento que me golpeó mucho fue que nunca pude salir con mis entrenadores, a los que les agradezco muchísimo, entre ellos Miguel Bernal, José Salazar y Raúl Calderón.
Comenzaste tu preparación rumbo a Beijing 2008. ¿Qué te impidió competir?
Efectivamente, después de Atenas tuve que recuperarme tanto física como sicológicamente, y comencé a prepararme rumbo a Beijing 2008, pero cinco meses antes me enteré de que estaba embarazada y tomé la decisión de retirarme definitivamente del deporte activo.
¿Cómo ha influido tu seno familiar en los logros deportivos y extradeportivos?
Muchísimo. Mi esposo fue el primer campeón paralímpico cubano, en los 200 y 400 metros planos, en Barcelona’92 y Atlanta’96, respectivamente, y gracias a él descubrí el mundo del deporte para personas discapacitadas. Ya llevamos más de dos décadas de relación y tenemos dos niños, que son la mayor alegría de nuestras vidas: Omar Jesús y Omar David. Ellos son la mejor medalla de mi vida.
¿Qué hace actualmente Lyudis?
Bueno, tengo que decirte que además de atleta realicé estudios de Licenciatura en Matemática-Computación y Licenciatura en Cultura Física. Pero reconozco que el deporte es mi vida, ese es mi verdadero mundo. Luego de mi retiro comencé a atender el área especial, desde la base, a pesar de que me llamaron para trabajar con los de la categoría de mayores, pero solo cuando me sentí capacitada di ese gran paso como entrenadora.
Actualmente poseo la categoría de entrenadora nacional, y tengo a mi cargo a Noralbis de Lahera Chibás, clasificada a los Juegos Paralímpicos de 2016, además de otros atletas con proyecciones importantes, cubanos y extranjeros, como el caso de la gloria deportiva canadiense Ljiljana Ljubisic.
Igualmente, soy miembro del Secretariado del Comité Paralímpico Cubano. Pienso continuar en mis labores de entrenadora y seguir aportando a los resultados deportivos de mi país. bystolic free trial coupon bystolic coupons for free lilly cialis coupon go prescription card discount |