ERA SOLO una niña cuando sus coterráneas Odalis Revé y Legna Verdecia brillaban desde las filas del judo cubano. Quería seguir sus pasos pero le resultaba distante la posibilidad de tenerlas como compañeras de equipo y mucho más sustituirlas como capitanas de estrellas.
Desde su natal Moa comenzó a tejer una historia singular que tuvo comienzo por todo lo alto a nivel de mayores cuando el Campeonato Mundial de Múnich, Alemania, en el 2001, le vio incluirse entre “las grandes” y no defraudó al alcanzar el único título de la isla allí.
Entonces los especialistas le auguraron una estela de victorias a Yurisleidis Lupetey Cobas (6 de mayo de 1981), quien viviría grandes momentos, aunque no tantos como ella misma esperaba, sobre todo por algunas contradicciones arbitrales y las muchas lesiones que le persiguieron.
No obstante luchó todo el tiempo por el mejor desempeño, pensando en su equipo y en Cuba, y gracias a esa entereza logró un bronce del orbe en Osaka 2003, y oros en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo, ese propio año, y en los de Guadalajara 2011.
Su hoja de servicios acumula seis preseas doradas, una plateada y dos de bronce en nueve campeonatos panamericanos entre el 2001 y 2012, año en que dijo adiós al deporte activo tras asistir en Londres a su tercera cita olímpica.
Hace solo unos días recibió el homenaje oficial de despedida en su provincia Holguín, donde un remozado ateneo Fernando de Dios acogió los aplausos de su público, familiares y el entrenador Ronaldo Veitía, despertando sentimientos que también debieron llegar al hijo por nacer.
«Participé en el retiro de Legna aquí, y esperaba uno como este para mí, así que me siento orgullosa de mi pueblo y satisfecha de haber reciprocado la confianza que tuvieron en mí», dijo a JIT la “Lupe” antes de volver a ser amable ante la solicitud de conversar.
¿Cómo catalogas hoy tu carrera?
Tuve grandes alegrías y también tristezas, pero así es el deporte, y debemos estar preparadas para ello porque uno siempre quiere ganarlo todo, pero los oponentes también. En general creo que primaron más los buenos momentos, porque subir a los podios mundiales y olímpicos me demandó mucho sacrificio y esfuerzo, y sobre todo entrenadores como Veitía y otros que siempre me aportaron formación integral.
¿Crees que pudiste llegar a más?
Eso nadie lo puede saber. Considero que sí, a pesar de decisiones arbitrales y lesiones. Lo más difícil es mantener un nivel, puede ser que un día ganes, como yo en Múnich, sin ser muy conocida por las rivales, y después todas quieren vencerte. Ahora se ha evolucionado en cuanto al arbitraje pero en otros tiempos cualquier cosa podía pasar.
¿Te sentiste perjudicada alguna vez?
Sí, varias. No puedo olvidar lo sucedido en los Juegos olímpicos de Beijing en el 2008, cuando en mi combate con la tunecina Nesrine Jlassi la proyección fue mía con claro Uchi-mata, y desde la mesa el jefe de arbitraje, el español Juan Carlos Barco, revocó la decisión y dio Ippon para ella. No pude ir ni a repechaje por bronce. Esa duele más porque era la segunda oportunidad olímpica, la máxima aspiración de un atleta. Hubo otras en tiempos en que hasta podía decidirse por levantar banderas los tres jueces en el tatami.
¿También en Osaka?
En la semifinal contra la alemana Yvonne Boenisch fui despojada claramente. Después me entregaron el premio Fair Play y hubo disculpas a nuestra delegación, pero ya estaba hecho.
Tu mejor ciclo fue el 2001-2004.
Sin dudas: el oro en Alemania y también título en las Universiadas de Beijing. Siguió un 2002 en que gané nueve eventos de primer rango, entre ellos el Villa de París, el World Másters de Alemania y los Open de Hungría, Túnez, Portugal y Holanda. No perdí en el mundial por equipos donde fuimos segundas. Al siguiente el oro panamericano en Santo Domingo y el bronce en Osaka, entre otros. Y vino la historia de Atenas. Mantener todo eso fue muy difícil.
El trabajo de capitana, ¿te tomó de sorpresa?
Eso se gana con la confianza del colectivo. Siempre fui muy perseverante y fiel seguidora de los planes de entrenamiento. Cuando Legna acaba su carrera en el 2001 me eligen para sustituirla. Era un reto más, porque había llegado a la selección nacional muy joven y siempre fui muy considerada por las más laureadas. Es decir, era solo seguir predicando con el ejemplo entre muchachas como yo, pero con distintas características, aunque siempre me apoyaron.
Fueron tres generaciones. Primero con las consagradas Driulis, Legna, Dayma, Amarilis, entre otras. Después las que llegamos juntas, como Yurisel Laborde, Anaisis Hernández. Por último Yanet Bermoy, Yalennis Castillo e Idalys Ortiz, por mencionar solo algunas, que sin dudas son parte de la historia de la escuela cubana de judo. Eso me honra mucho.
Las lesiones, ¿tu más grande oponente?
Seguro. Fui operada ocho veces en codos y rodillas, además de otras dolencias propias de este deporte, pero siempre regresaba. Muchas otras veces competí con lesiones. Por ejemplo, en el 2003 fui a los panamericanos, la Universiada de Daegu (bronce) y el mundial con una rotura de costilla y una dolencia en un tendón de mi pierna. No quedaban más opciones que hacerlo, era el compromiso lo que impulsaba.
¿Cómo consideras este retiro? ¿Lo pensaste así?
Muy lindo. Siempre quise que fuera en Holguín aunque hace muchos años vivo en la capital. Habían planeado hacerlo en el Grand Prix de La Habana pero después se decidió aquí y me gustó más la idea. Me siento muy orgullosa de mi municipio Moa y mi provincia. Uno nunca espera esta hora pero despedirse así es señal de que cuenta con el cariño y la admiración de su pueblo.
¿Qué piensas del futuro de tus seguidoras?
Yo espero que bien. Hay cantera, y todo depende de ellas. Yo siempre digo que pueden tener juventud y talento, pero en sus propósitos está la clave. Los entrenadores te enseñan técnica, programas de preparación, estudios de contrarios, y demás, sin embargo deciden los atletas y su capacidad de asimilarlo y darlo todo en las competencias.
¿Y tu porvenir?
Estuve ayudando con categorías juveniles. Ahora estoy embarazada, y después de aumentar la familia seguro será un tiempo de descanso. Más tarde me veo en un área de niños o para lo que me llamen a aportar mis conocimientos, lo mismo en el equipo nacional que en cualquier otro lugar, solo que sea judo porque es una gran parte de mi vida.
El 30 de julio de 2012 en la capital británica cerró su trayectoria deportiva al perder en octavos de final contra la rusa Irina Zabludina. Desde 1998 acumuló 209 combates internacionales, con 157 victorias, y un total de 44 títulos en lides foráneas.
«No es fácil buscar a la persona para liderar un grupo, ella fue la indicada por el ejemplo que era para todas y la capacidad de compulsarlas en entrenamientos y competencias. No solo es tener grandes resultados», sostuvo el profesor Veitía, quien la escogió como la más integral de sus alumnas. bystolic discount coupon site daliresp patient assistance how much does an abortion pill cost read abortion clinics in baltimore |