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MARZO, 2024
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La Habana
Año 66 de la Revolución
Juan Luis Marén Delís
Un genio sobre los colchones

Uno de lo mejores gladiadores cubanos de todos los tiempos. Todo un virtuoso de las llaves y los agarres.


Por: César Morales Buján
(cesar@inder.cu)
miércoles, 3 de junio de 2015

Trayectoria...

Tres veces medallista olímpico y dos veces mundial avalan un extenso y prolifero currículo sobre los colchones.

En la actualidad...

Transmite sus conocimientos en el Centro de Entrenamiento de América de la Unión World Wrestling (UWW) que radica en Brasil.


EL 20 de agosto de 1971 nació en Santiago de Cuba Juan Luis Marén Delís, uno de los mejores luchadores cubanos de todos los tiempos.

No por gusto aunque ya transcurrió más de una década desde sus últimas presentaciones, al ex capitán de la selección nacional todavía se le recuerda con respeto.

Fue un atleta disciplinado, analítico, de gran capacidad técnico-táctica, todo un estratega en sus combates, que aún es acompañado de la modestia que le caracterizó en el esplendor de su carrera.

La conversación con JIT se produjo en el coliseo de la Ciudad Deportiva, en medio del reciente Campeonato Panamericano juvenil, y permitió confirmar que el otrora especialista del estilo grecorromano merece el cariño y el respeto con que le premian sus compatriotas.

De 1,73 centímetros de estatura, el ahora entrenador atesora dos platas y un bronce en Juegos Olímpicos, par de terceros puestos en campeonatos del orbe, y cetros en cuatro Juegos Panamericanos, dos Juegos Centroamericanos y del Caribe e igual número de copas del mundo.

Se proclamó 14 veces monarca de casa y dominó en 10 oportunidades los certámenes continentales de la disciplina.

¿Cuándo y por qué la lucha?

Pura coincidencia, casualidad. De niño, en mi querida Veguita de Galo, me gustaba la gimnasia pero carecía del físico apropiado y no me aceptaron. Entonces fui para el judo, pero tiempo después encontré la lucha y me atrapó para siempre.

¿Tu primer entrenador?

Ismael Frómeta, un hombre increíble, un verdadero formador. Todo comenzó a la edad de 11 años en el CVD Antonio Maceo, donde fui pasando del embullo a la seriedad, hasta que me captaron para la EIDE Orestes Acosta por mis cualidades técnicas.

¿Después?

Mis actuaciones en juegos escolares y juveniles me permitieron ascender rápidamente a la ESPA Nacional en los 58 kilos. Mis preparadores en esa época fueron Silvio Amado Michel, Raúl Trujillo, Arturo Molina y Carlos Ulacia, entre otros. En ese lapso fui campeón mundial juvenil en Viena’88 y plata en Budapest’89, esa en 62 kilos.

Eres el único cubano y uno de los pocos en el mundo con tres medallas en Juegos Olímpicos. ¿Qué recuerdos te vienen a la mente cuando piensas en esos eventos?

Muchos, mayoritariamente positivos, aunque otros no. Nunca pude ganar una Olimpiada y esa es una deuda que tengo conmigo mismo. Por otra parte me emociona saber que el pueblo me quiere, me recuerda por eso, reconoce mi sencillez y sabe que lo hice todo por ganar cada pelea y representarle con dignidad. Solo que a veces surgen imprevistos y te limitan.

¿Por ejemplo?

Las lesiones, los rivales, decisiones... Además mi división siempre fue una de las más complicadas por la calidad de los adversarios. En Barcelona cedí frente al ruso cuatro veces campeón mundial Serguey Martinov, uno de mis principales contrarios. En Atlanta perdí con el polaco Woldzimerz Zawadzki y en Sydney con el ruso Varteres Samurgachev, también estelares luchadores. Coincidimos en una época donde entre todos ganábamos y perdíamos.

Quizás pocos recuerden que fuiste víctima de uno de los mayores despojos en la historia de la otrora Federación Internacional de Lucha (FILA)...

El peor momento de mi carrera deportiva, una injusticia que nunca superé, algo que no quisiera recordar. Fue en el Campeonato Mundial de Estocolmo’93: le gané bien a Martinov en el primer combate, pero más tarde revocaron el resultado sin que nadie supiera por qué, y concluí en bronce. Para mí estuvo claro: Cuba no podía ganar por equipos y fui la víctima. Me quitaron la medalla de oro que hubiera sido la cuarta de nuestra delegación allí, pues ganaron Wilber Sánchez, Néstor Almanza y Raúl Martínez.

Hace un instante mencionaste las lesiones, que te persiguieron mucho.

Tenía que luchar infiltrado y adaptarme a los dolores constantes. En Atlanta’96, por ejemplo, en el combate inicial con el iraní Ahad Padzaj sufrí la más severa de todas en mi columna. La consecuencia fue una sacrolumbalgia que me impidió imponer la velocidad y versatilidad que me caracterizaban, pero además no podía trabajar abajo y tenía que marcar los puntos en la posición de pie.

Es fácil comprender que necesitaste de mucha voluntad...

Tuve buenos compañeros que me alentaron en los momentos más difíciles, como Héctor Milián, Filiberto Azcuy, Raúl Martínez, Wilber Sánchez y otros.

¿Principales técnicas?

Era completo, tiraba mucho, pero me especialicé en el volteo de cabeza y brazos.

¿Adversarios en casa?

Mario Olivera, Víctor Yandry, Luis Sarría...

¿Disciplina?

Fundamental para todo en la vida. En el deporte quizás más, pero nunca tuve problemas.

Tienes un hijo que sigue tus pasos...

Sí, Joy Luis Marén, de 18 años. Comenzó jugando béisbol y después pasó a la lucha aunque no influí en esa decisión ni he tenido posibilidades de enseñarle porque llevo algún tiempo trabajando fuera de Cuba. Es miembro de la preselección nacional juvenil y va bien. Tiene calidad.

¿Insatisfacciones?

No pude ser campeón olímpico ni mundial.

Pero aún así se te recuerda y has sido ejemplo para varias generaciones...

Es algo que llevo en el corazón, y a todos les digo que el Juan Luis Marén de antes es el mismo de ahora.

¿Qué haces en la actualidad?

Luego de trabajar siete años en Francia la Unión World Wrestling (UWW) me escogió como uno de los preparadores del Centro de Entrenamiento de América que radica en Brasil y allí transmito mis conocimientos.

¿Entrenador o competidor?

Preparar a un atleta y hacerlo campeón es algo único, lo más lindo que puedes vivir. Hay muchos aspectos en la preparación que debes tomar en consideración para transmitirles tus ideas, y experiencias, partiendo de que tanto las victorias como las derrotas son importantes en los análisis.

¿La lucha cubana actual?

Cuba sigue siendo una de las potencias. Hay atletas de calidad y entrenadores muy experimentados.

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